miércoles, septiembre 03, 2008

Cierran sede Rengo de la Universidad de Valparaíso

Hace cinco años, el gobierno regional de OHiggins llamó a licitación a las casas de estudios para comenzar un proyecto educacional, que prometía desarrollo para los jóvenes, sin la necesidad de salir de la región. La Universidad de Valparaíso se adjudicó el proyecto. En 2005, con bombos y platillos, se puso la primera piedra y luego partió la construcción del edificio que se ubica a un costado de la ruta 5 Sur. Todo marchaba supuestamente sobre ruedas. Pero rápidamente, comenzaron los problemas. La construcción tuvo tardanzas, los alumnos seguían teniendo clases en una sede provisoria que les prometieron abandonarían a la brevedad, pero eso nunca ocurrió.
Hace unos meses se dieron a conocer duras cifras que hablaban de una millonaria deuda que la casa de estudios mantenía con el gobierno regional. Todo se mantuvo en ascuas hasta ayer, cuando el Intendente tuvo que simplemente confirmar que el proyecto de la Universidad de Valparaíso en Rengo, no va más.

La insolvencia económica de la casa de estudios obligó al rector, Aldo Valle, a entregar la amarga noticia que —en cierta forma— echa por tierra los anhelos de los 200 estudiantes, quienes —esperanzados— comenzaron sus carreras profesionales.

1.548 MILLONES DE PESOS
El rostro del Intendente lo decía todo. Tenía que hacer pública la noticia, que en cierta forma, se olía en el ambiente. “El (rector) me comunicó formalmente que la universidad, desde el punto de vista de sus finanzas, no está en condiciones de hacerse cargo —en este minuto— de la deuda que es lo menos importante, pero lo grave es que también esa insolvencia impedía la continuidad del proyecto universitario. Eso significa que no ocupan la sede para albergar allí a los alumnos que ya estaban atendiendo en la sede arrendada en Rengo y no continúan con el proyecto universitario hacia delante”.

El moderno edificio en cuestión, fue construido con fondos del gobierno regional. El costo fue de mil 548 millones de pesos que tuvieron que ser cancelados por el Estado a la empresa constructora. La razón: la casa de estudios no tenía los recursos para costear el edificio.

Hoy el dinero es la piedra en el zapato para Huenchullán, por lo que ya se estudian acciones legales para recuperar el dinero invertido. “Nosotros ya habíamos reclamado administrativamente el pago de la deuda, ahora yo creo que vamos a tener que iniciar acciones judiciales para reclamar la deuda. Tenemos que cumplir con nuestro deber de cautelar el patrimonio del gobierno regional”.

“EL MARIDO ENGAÑADO”
Más allá de los recursos invertidos, la preocupación ahora es quién se quedará con el edificio. Ahora hay que “zanjar de quién es, y nosotros esperamos que sea del gobierno regional, esta infraestructura”, dijo Huenchullán, pues si bien “fue financiada por el Estado, no obstante el terreno fue donado –por un particular- a la Universidad de Valparaíso”, expresó la máxima autoridad de O’Higgins, quien agregó que “lo que vamos a tener que hacer, es buscar socios estratégicos para ver cuál es el uso que deberíamos darle a ese edificio, que bajo mi punto de vista personal, debería seguir siendo un proyecto educacional”.

Fue la noticia que ciertamente cayó como balde de agua fría y que augura ser sólo el inicio de un conflicto “marital”. Como en toda ruptura, siempre hay uno que sale más dañado que el otro, tal como sentenció Huenchullán en una metáfora de antología: “En una pareja, donde uno de los cónyuges hace todo bien, se porta bien, entrega todas las facilidades del caso para que las cosas anden bien, cuando el otro cónyuge toma la maleta y se va, no hay explicaciones por parte del que se ha portado bien”. ¿Se siente un poco como el marido engañado? —le preguntó un periodista—. “Algo como eso”, respondió Huenchullán.

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